Noticias

TDAH en adultos: el diagnóstico que nunca llega
25 ago, 2020

TDAH en adultos: el diagnóstico que nunca llega

Es unos de los Trastornos Mentales más frecuente en la edad adulta con una prevalencia estimada de entre un 2 a 5%.

El TDAH es real y no solo afecta a los niños. Si bien se inicia en la infancia, actualmente una gran cantidad de evidencia científica respalda el hecho de que es una condición crónica y que no desaparece con la adultez, donde las manifestaciones pueden persistir en más del 60% de las personas e incluso un 30% de los niños y adolescentes diagnosticados siguen presentando el síndrome completo en la edad adulta. Esto hace que el TDAH sea unos de los Trastornos Mentales más frecuente en la edad adulta con una prevalencia estimada de entre un 2 a 5%, Si observamos es una prevalencia mucho mayor que por ejemplo la esquizofrenia, en la cual la psiquiatría de adultos invierte mucho foco e interés. Es decir, todos los psiquiatras saben diagnosticar y tratar un paciente esquizofrénico, cosa que no sucede en un adulto con TDAH.

¿A qué se debe esta falta de diagnóstico en el adulto de un cuadro tan prevalente? Cuando se intentan buscar las razones, en primer lugar debemos decir que se debe a una negación sistemática sin una causa razonable, quizás heredada del muchas veces nombrado problema del sobrediagnóstico en el niño con el miedo a la patologización de conductas naturales en el desarrollo. Esta negación genera que el especialista de salud mental de adultos no coloque al TDAH dentro de su algoritmo diagnóstico.

Más allá de la negación sistemática, el TDAH en el adulto presenta ciertas características clínicas que dificultan el diagnóstico para el clínico no especializado, estas son:

  • El nombre.
  • Los criterios diagnósticos.
  • Las características patoplásticas.
  • Las comorbilidades.

El nombre es una de las principales causas para convencer a las personas y a los profesionales que estamos ante un trastorno importante ya que es inapropiado por no expresar la real característica del cuadro. El mismo se caracteriza por presentar una disfunción crónica de las funciones ejecutivas, lo que se traduce como una dificultad para organizar el comportamiento a través del tiempo y adecuarlo a la necesidad y al contexto.

En cuanto a los criterios diagnósticoshay que decir tres cosas:

  • Los criterios se desarrollaron en base a la clínica del niño y no del adulto.
  • La clínica del adulto no está todavía definida a modo completo e indiscutible.
  • Los criterios diagnósticos son variaciones cuantitativas de comportamientos naturales del ser humano.

Por último, los dos puntos que más dificultades generan al psiquiatra o psicólogo de adultos en la detección del cuadro son las características pato-plásticas y las comorbilidades. Patoplasticidad significa que las diversas manifestaciones nucleares del TDAH van tomando diferentes formas en las diversas etapas de la vida y también según los contextos, lo que hace que estas personas puedan ser brillantes o muy funcionales en algún aspecto de la vida cotidiana y tener muchas dificultades en otras áreas o aspectos de la vida.

En cuanto a las comorbilidades debemos decir que el TDAH es un factor de riesgo evolutivo, esto quiere decir que si las fallas ejecutivas o el del comportamiento no se compensan adecuadamente, la persona va ir sumando comorbilidades a medida que avanza en su vida en el intento de compensarse o como consecuencias de sus fallas de gestión comportamental.

En estos últimos años ha habido un crecimiento respecto a la investigación de los perfiles neurocognitivos asociados al TDAH en el adulto, fundamentalmente en lo que respecta a las funciones ejecutivas, lo cual tiene especial relevancia a la hora de aportar información que complemente el proceso diagnóstico. A su vez, la obtención de dicho perfil permitirá elaborar estrategias de intervención adecuadas a las particularidades de cada persona.

La función ejecutiva se refiere a la función directiva, gerencial y rectora del cerebro. Puede decirse que es el “cerebro del cerebro''. Aún más utilizando la analogía con una institución educativa, la función ejecutiva sería la que corresponde al director, poseedor de todos los conocimientos sobre su conducción y organización. Pues es éste quien sabe sobre sus docentes, los cursos que coordinan y los programas que desarrollan. Visto de esta manera, la función ejecutiva es la función mental o cognitiva por excelencia.

Ahora bien, ¿cómo vemos reflejadas estas fallas ejecutivas en la vida cotidiana? Entre las dificultades más prevalentes reportadas por las personas con TDAH se encuentran el bajo rendimiento laboral, los cambios de trabajo frecuentes, deficiencias académicas, dificultad para sostener los objetivos, problemas para administrar las finanzas y problemas en las relaciones de pareja. El impacto de estos indicios se suele manifestar en varias áreas de desempeño de la persona trayendo aparejadas consecuencias en el ánimo, la autoestima, la personalidad y por ende en las relaciones interpersonales, es decir, afectando considerablemente la calidad de vida de quien lo padece.

Hoy en día se cuenta con tratamientos efectivos que permiten que muchos adultos tengan la sensación de que por primera vez el terreno de juego de su vida está nivelado. Por esto es importante resaltar la importancia del abordaje de un enfoque multimodal sumado a la necesidad de complementar el tratamiento farmacológico con intervenciones psicosociales que apuntan explícitamente a que los pacientes aprendan habilidades y estrategias para lidiar con los déficits que impactan en su funcionamiento, especialmente las dificultades en manejo del tiempo, distracción y organización. En este contexto es preponderante tener en cuenta la posibilidad del diagnóstico y consulta a un especialista en TDAH ante cualquier duda.

Para concluir, es necesario recalcar que un diagnóstico precoz de este trastorno puede evitar un recorrido que en palabras de quien los sufre se caracteriza por ser “eterno y con muchas frustraciones a cuestas”. Parafraseando aAdele Diamond los invitamos a reflexionar y re inventar las actuales intervenciones en salud mental y educación: “Hemos de preocuparnos por el bienestar emocional, social y físico de los jóvenes si queremos que sean capaces de resolver problemas, ejercitar el autocontrol o utilizar de forma adecuada cualquier función ejecutiva”.


Nota por el Dr. Hernán Klijnjan, neuropsiquiatra. Jefe de la Clínica de Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. NpS. María Mercedes Oviedo, neuropsicóloga. Coordinadora de rehabilitación. INECO El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo complejo, multifactorial y crónico caracterizado por un patrón persistente de inatención, hiperactividad e impulsividad.

Compartir